Tengo la firme creencia de que escribir produce una serie de respuestas del cuerpo que podría decirse que son terapéuticas. Liberamos nuestra creatividad y nos comunicamos con el resto de la humanidad como mejor sabemos. Evidentemente, cada uno interpretará el mensaje con el sentido que quiera darle en el momento de la lectura, ya que aquí no hay retroalimentación instantánea. Es más bien un poco más frío que una conversación.
Contando un poco mi historia, puedo decir que siempre me he considerado un superviviente de la vida. Desde los 6 años, estuve empujando cajas llenas de pan y poniendo moldes de magdalenas cuando salía del colegio. No tuve una infancia normalizada. Mi padre murió en un accidente de tráfico cuando apenas tenía 3 años; casi no tengo recuerdos de él.
No quiero evocar sentimientos de culpa ni nada por el estilo, y estoy seguro de que hay personas que lo han pasado y están pasando más que yo. Solo estoy poniendo mi historia en perspectiva.
A los 15 años me pusieron a trabajar en el negocio familiar, engolosinándome con una moto que era el sueño de cualquier joven de los 80, (Bultaco Straker 125cc). Después de 9 años de trabajo en la panadería, un día decidí que no quería convertirme en mi tío (alcohólico y despreciado por su familia). Con la ayuda de mi madre que me dejó un local comercial, empecé mi andadura de supervivencia total, monté mi propio negocio con mi novia. No pude estudiar en su momento y no dejaba de echarle la culpa a mi madre por sacarme del colegio y no dejarme ir a estudiar.
Conforme te vas haciendo adulto, te das cuenta de que las decisiones que tomas en el pasado son las que determinan la situación en el presente. Así que, a los 34 años, hice el acceso a la universidad, y 8 años después conseguí 2 títulos universitarios: un grado en Educación Social y un Máster nivel 3 Meces en Psicopedagogía.
También me he especializado en psicología del deporte en la UNED y en Lenguaje No verbal científico en la Universidad de Alicante con título de Máster.
Pienso en muchas ocasiones en el comienzo de esta nueva andadura y me alegro de haber decidido empezar a estudiar en la universidad. Ahora tengo muchas más opciones, que son el resultado de aquella decisión. En estos momentos, estudiar o investigar se ha convertido en un hábito y forma parte de mi vida.
Un abrazo y gracias por invertir tu tiempo en esta página.
Francisco Beltrán
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